domingo, 26 de diciembre de 2010

MITOS POPULARES De boca en boca


1. Martina Chapanay.
Su historia es una complicada mezcla de realidad y ficción. Si bien el personaje existió, no está probado que los hechos que se le atribuyen hayan sucedido. Al menos no hay registro histórico de ellos. La leyenda indica que esta mujer, mitad india y mitad blanca, hacía lo mismo que Robin Hood -robaba a lo ricos para favorecer a los pobres- pero en esta parte del mundo. Martina era hija del indio Juan Chapanay y de una cautiva blanca. Desde muy joven se unió a un hombre de mala fama, cuatrero y ladino, con quien comenzó a delinquir. Luego de años de troperías juntos, ella se arrepintió y lo abandonó. Llena de culpa por el mal que habían provocado durante tanto tiempo, Martina arremete con sus andanzas, pero esta vez con un cambio de fondo: Reparte entre los desvalidos los botines que consigue.

2. La india Mariana.
La leyenda dice que hace siglos, cuando San Juan no era más que un polvoriento caserío, había una india llamada Mariana que tenía una rara ocupación: Bajo un algarrobo y siempre acompañada de un perro, la mujer vendía "piedritas brillantes", como le decía ella. Eran pepitas de oro y pronto despertaron la avaricia de los españoles. Estos le preguntaban a Mariana de dónde sacaba ese tesoro y la india, pitando un cigarro que nunca abandonaba, sólo les reveló que lo obtenía de un pocito ubicado en algún lugar camino a Mendoza. Los europeos decidieron seguir a la india para localizar el hueco de donde extraía el tesoro y una noche partieron tras ella. Luego de varias horas de camino creyeron ver en la oscuridad una brasa, que identificaron como el cigarro de Mariana. Se lanzaron sobre ella, pero su sorpresa fue infinita: Un enorme perro negro con ojos de fuego se levantó del piso. Era el mismo que acompañaba a la india, pero transformado de tal manera que parecía de otro mundo. Lo que vieron no era el cigarrillo, eran los ojos del can. La risa burlona de la india se escuchaba por todos lados, pero los hombres no la veían. Al día siguiente hubo un gran terremoto y nunca mas se supo de Mariana. Desde entonces a esos territorios al sur de la ciudad se los conoce como Pocito y de ahí tomó el nombre el actual departamento que limita con Rawson.

3. Aguas curativas.
Las termas de La Laja, en Albardón, no son producto de la naturaleza. Son un homenaje de los dioses huarpes a un tumultuoso amor. Al menos eso cuentan en los pagos del moscatel cuando cualquier visitante pregunta por los poderes curativos de las termas que nacen en los cerros de La Laja. Tahué, hija de un cacique huarpe de la zona, se enamoró de Yehué, un muchacho que formaba parte de su tribu. Todo marchaba bien hasta que llegó el hijo de otro cacique. La muchacha se sintió atraída por el y sentía que su corazón estaba repartido entre los dos. Tahué quiso hablar con el nuevo y fueron a los cerros. Yehué los siguió y, cegado por los celos, esperó el momento oportuno para matarlos con un cuchillo. Luego él mismo se quitó la vida. Los dioses huarpes, conmovidos por el amor y la tragedia que el romance había desatado hicieron brotar, en honor a los amantes, tres manantiales cristalinos y curativos. Ellos estaban seguros que esas aguas servirían para curar todos los males del hombre y era una forma de hacer renacer el amor de la tragedia.

4. El gendarme y el puma.
Dice la leyenda que aun se los puede ver juntos, custodiando la zona y jugando abajo de los retamos. Claro, no son ellos, que murieron hace años, sino sus fantasmas. Al gendarme y al puma los mataron. Hacían una dupla de vigilantes tan efectiva que los cazadores furtivos que merodeaban por El Palque, la localidad calingastina que custodiaba el uniformado, los eliminaron para poder seguir con sus fechorías. Dicen que les hicieron una emboscada y que los mataron a tiros. Ahí finalizó la historia, que había comenzado también a los tiros, cuando el gendarme adoptó al felino de cachorro. Una noche había aparecido cerca de su puesto una puma hembra muy hambrienta y feroz. El la mató porque al parecer quiso atacar para defender a su cachorro, que el gendarme no había visto. Luego de matar a la puma, el cachorro salió de su escondite. El uniformado se conmovió tanto que decidió cuidarlo y criarlo. Ahí arrancó la historia del famoso y efectivo dúo de vigilantes. La gente que aun los ve caminar por los cerros dice que eran tan felices juntos que tal vez nunca se enteraron que los mataron y por esos sus almas aun andan por la zona.

5. Termas de Pismanta.
Hay una leyenda que explica el origen de estas aguas termales. Y dice lo siguiente. El cacique huarpe Pismanta no aceptaba la conquista española. Justamente por eso se encontraba tan triste por esos días. Es que mucho más al sur de sus dominios otro jefe huarpe había cedido al poder invasor: El cacique Angaco se había unido a los españoles. Pismanta veía que el hombre blanco avanzaba sin pausa sobre las tierras que siempre les habían pertenecido por eso, para no ser avasallado, se internó aun más en sus dominios con su familia y se encerró en una cueva de Angualasto. La leyenda asegura que se encerró a esperar la muerte. Poco después se escucho un estruendo increíble cerca de ese lugar. Cuando los pobladores se acercaron a ver qué había sucedido no encontraron más que rocas en el lugar. No había cuerpos, ni restos de alguna explosión. Nada. Solo una grieta de la cual manaba un hilo de agua muy caliente del cual se comenzaron a formar las termas. Termas tan caliente como el reclamo del cacique Pismanta.

6. Cerro Pie de Palo.
Según el mito, esa montaña es mucho más joven de lo que debería ser según la datación geológica. La explicación: Dicen que en donde hoy está el Pie de Palo vivía un indio muy alto y robusto, que además era muy noble con su tribu. Ese indio había quedado cojo luego de atrapar a un puma que molestaba por la zona. El animal le había mordido la pie y los curanderos de la tribu no tuvieron más remedio que cortárselo por arriba del tobillo. Le pusieron un pedazo de madera para que pudiera caminar y desde entonces al hombre le empezaron a decir Pie de Palo. Eso no menguó el respeto que todos sentían por el, ni su condición de líder. Cuando los comendadores españoles llegaron para someter a su pueblo se dieron cuenta de que, para dominar a la tribu, era fundamental atrapar primero al Pie de Palo. El comenzó a huir para salvar a su pueblo. Corrió todo lo que pudo y se internó en el campo. Pero la herida del pie se abrió y comenzó a infectarse. Exhausto y muy adolorido se tiró a dormir y murió. El dios huarpe, viendo el sufrimiento del hombre para salvar a su pueblo, lo transformó en el cerro que hoy está a la vista de todos para que siempre estuviera en su tierra y velara por los suyos.

7. María Musha.
Dicen que era un personaje misterioso y perverso que habitaba la zona de Niquivil en la década del '40. Acechaba a los niños, que eran los únicos que podían verla o escucharla. Ella lo único que decía era su nombre. La historia mas fuerte es la de un huérfano de 10 años que fue a parar a una finca llamada El Durazno. Lo crió la familia Iribarren. El niño cada tanto se perdía y lo encontraban en los cerros, solo y llorando. Decía que María Musha se lo había llevado. Paso varias veces. Al niño se lo llevaron a Niquivil, a la casa de Sara Penice. Pero allí tampoco zafó. Lo encontraron atado con alambres y gritando. Llamaron a un comisario para ver si podía hacer algo, pero María Musha lo espantó. Paso lo mismo con un cura, a quien le apagaba las velas. Sólo cuando la familia Iribarren salió de El Durazno, el personaje dejó de asustar. Nunca más se supo de ella.

8. Oro en el cerro.
Un grupo de exploradores estaba tras las huellas de un tesoro escondido en el Pie de Palo. El dato y el mapa de como hallarlo, había sido aportado por un cura, a quien un amigo indígena le había confiado la existencia de una fuente de oro en la zona, un lugar donde las riquezas eran incalculables. La expedición avanzaba sin problemas pero cuando estaban a punto de llegar al lugar señalado escucharon lo que interpretaron como espeluznantes alaridos que no eran humanos. Además un temblor sacudió todo. Los animales se echaron al suelo y no los podían mover. Finalmente la expedición abandonó el lugar. Dicen que las pistas se borraron y que nadie mas pudo encontrar el oro.

9. El coquena.
Es una deidad diaguita que, en forma de ñandú protege a las vicuñas, llamas y guanacos.

10. La laguna de cobre.
Dicen que desde antes de la llegada los españoles la zona está maldita. El alma de un araucano, que cruzó la cordillera desde Chile para raptar a la hija de un cacique huarpe, ataca a quienes pasan por allí de noche. Todo se debe a una historia de hace siglos en los pagos de Cuesta de la Totora, cerca del río Cerrado. El araucano vino a buscar a su muchacho huarpe. El padre de esta no aprobaba la relación. Por eso él se la llevó. El jefe huarpe los mandó seguir y matar al hombre que mancillaba el honor de su hija. Estaban al borde de la laguna cuando los alcanzaron. Una flecha hirió al araucano. Los huarpes no sabían nadar, pero la muchacha igual entró al agua. Su amado, que ya había ya había sido apresado, gritaba que lo soltaran para salvar a la chica, que había comenzado a ahogarse. Lo ajusticiaron sin darle esa posibilidad. El murió llorando por su amada ahogada.

11. El alma mula o mulánima.
Suelen verla en los cerros. Se trata de una mula de pelaje azabache brillante y ojos que despiden fulgores verdosos. Es difícil de apreciar. Cuando alguien intenta acercársele su imagen se desvanece y aparece en otro lugar. Dicen que es el alma de una mujer hermosa a quien el diablo convirtió en mula por haber tenido amores incestuosos. Quienes la espían están condenados a muerte. La única manera de salvarlos es hacerles dos tajos en forma de cruz con una daga en la frente o en una oreja.

12. El caballero errante.
Una calingastina que cruzaba la cordillera hacia Chile en 1920 fue la primera en verlo: Un hombre de buen porte pero como extraviado anda sin rumbo por la cordillera. Muchos aseguran haberlo visto luego. Dicen que es el alma de un hacendado muy ambicioso que, en vida, cometió muchas faltas y que esta condenado a vagar por los cerros hasta que cumpla su condena.

13. El miquilo.
Se trata de un enano con manos de niño que se lleva a los pequeños que molestan en los parrales y los cultivos a la hora de la siesta. Aquí se lo conoce mucho, aunque el mito es originario de La Rioja.

14. El tupay.
Se presenta como un caballero irresistible, montado en un corcel negro adornado con monedas de oro, que anda por los pueblos de todo cuyo conquistando a las muchachas de los pueblos pequeños. Pero en realidad es el tupay, una mezcla de hombre y chivo, que despide mucho olor a azufre. Aseguran que es muy amigo de las salamancas con quienes se junta a festejar en las cuevas el robo del alma de las personas.

15. Salamancas.
Son brujas que se convierten en pájaros negros al desprenderse de la cintura para arriba y que viven en las cuevas de las montañas. Si bien no es una leyenda netamente sanjuanina, porque le pertenece a todo el noroeste argentino, aquí está muy arraigada e indudablemente emparentada con la leyenda local de las brujas del Villicum.

16. Leyenda del corralito
. En la cordillera hay un ave oculta, cuyo canto parece decir "corral, corral". Dicen que es un pequeño pastor, que tenía un padre muy severo. Un día, cuando fue a pastorear, le dijo que si faltaba alguna de las cabras, no volviera. El niño fue y uno de los animales se extravió. Asustado por las amenazas del padre, la buscó gritándole "corral, corral", como solían arrear a los animales. Pero se le hizo la noche y extraviado, cayó en un peñascal y perdió la vida. Dicen que su alma aparece en ese pájaro, que grita corral, corral.

17. El pollerudo.
Aparece en la zona del Tontal. Le dicen pollerudo porque tiene una suerte de falda o sotana. Dicen que se trata de un cura que anda con una vela encendida en la mano y la cara blanca como pintada con cal.

18. El gritón.
Es un ente que anda en los cerros. Da un grito espantoso que no es de este mundo y los animales se asustan. Dicen que es el diablo o un alma en pena, que asusta por puro gusto a los que andan por ahí.

19. El Allicantu.
Es un pájaro muy llamativo que los mineros y pirquineros ven en la cordillera. Donde lo ven, allí van los hombres, porque dicen que come oro y por lo tanto, donde está su comedero, se puede encontrar algún tesoro.

20. El pantasma.
Dicen que es una figura alta y blanca que cuida los pictogramas y petroglifos de los indios en una zona conocida como Piedras Pintadas, entre Barreal y El Leoncito.


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La historia de un valiente cacique huarpe


En las sierras de Pie de Palo, hace muchos años existió una tribu Huarpe que constantemente era atacada por un feroz puma. Era tal el terror que producía en la tribu, que su propio cacique salió a perseguirlo. Lo rastreó por las quebradas hasta que lo encontró. Allí se trabó en lucha con el salvaje animal y la furia del cuchillo se enfrentó con la habilidad del puma. El valiente cacique pudo derrotarlo pero sufrió varias heridas en el cuerpo y en su pie izquierdo que quedo casi desprendido. A causa de las lastimaduras y para salvarle la vida, tuvieron que amputarle el pie izquierdo y reemplazarlo por uno de madera de algarrobo, que carecía a la vera del cerro. Desde ese momento fue llamado por todos, cacique Pie de Palo.
Durante toda su vida este valiente huarpe fue acumulando riquezas, en un lugar secreto del cerro, como reserva de sus tribu. Tan secreto era este escondite que todavía sigo oculto entre las sierras.
Tiempo después, Pie de Palo probó sus valentía al enfrentarse con los colonizadores que al enterarse quisieron apoderarse del tesoro. Las luchas fueron incansables y dejaron como resultado heridas profundas. Luego de la pelea y buscando alivio a su dolor se recostó entre las piedras estirándose cual largo era, siendo ése su sueño eterno.
Hnuch= Huar, el dios de los huarpes, lo transformó en piedras elevando aún más el cerro.
Desde ahí, el cacique Pie de Palo vigila el tesoro y a su gente convertido en un gigante que nadie podrá mover de su tierra. Mientras que sus pie de palo vaga solo por las sierras produciendo un bramido amenazador.


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jueves, 23 de diciembre de 2010

La obra musical que permaneció escondida a plena vista durante 550 años


Una de las maravillas arquitectónicas que más me fascinan es la capilla de Rosslyn. Construida a mediados del siglo XV en el poblado escocés de Roslin bajo ordenes del conde de Caithness, ésta capilla, cuyo arquitecto permanece en el anonimato hasta el día de hoy, ha sido el epicentro de incontables leyendas y teorías conspiratorias. Algo inc
luso hasta lógico si tenemos en cuenta no sólo a su particular arquitectura e intrincadas decoraciones, entre las que no faltan incontables seres grotescos y gárgolas, sino que además desde un principio se la asoció con grupos de masones y caballeros de la Orden del Temple quienes durante varios años la utilizaron como refugio.

Los pilares musicales
Si bien en la capilla encontramos todo tipo de curiosas decoraciones que van desde grabados, según se cree, relacionados con la mitología nórdica hasta infinidad de pequeños seres verdes de grotescas facciones que miran atentamente a los feligreses, lo más interesante es sin lugar a dudas el pilar musical.
Durante más de medio milenio nadie supo a ciencia cierta cuál era el significado o el simbolismo iconográfico que intentaban comunicar los grabados hallados sobre éste singular pilar central y sus respectivos arcos, algo comprensible ya que los mismos no poseen ningún tipo de escritura o símbolo religioso conocido y ‘solamente’ constan de patrones irregulares formados a partir de 215 cubos ornados con peculiares figuras geométricas perfectamente definidas sobre su cara exterior y un conjunto de ángeles con instrumentos musicales que los rodean y parecen mirarlos con cuidadosa atención. Por fortuna para todos nosotros, el secreto fue finalmente develado en el año 2007 por el pianista escocés Thomas Mitchell y su hijo Stuart, siendo efectivamente más espectacular de lo que cualquiera hubiese podido imaginar, ya que se trataba de una compleja obra musical que permaneció escondida a plena vista durante más de medio milenio.
Tras estudiar los cubos durante años, llegaron a la conclusión de que los mismos forman 13 patrones distintos que encajan a la perfección con varios de los patrones descritos en el siglo XVIII por el músico y matemático alemán Ernst Chladni, quien empleó gran parte de su vida en el estudio de la codificación visible de ondas vibratorias y sonoras mediante la utilización de un medio mecánico, siendo, en efecto, el padre de lo que hoy en día se conoce como cimática -el estudio visible de las ondas sonoras-. Para realizar sus experimentos Chladni utilizaba placas metálicas a las cuales cubría con una fina capa perfectamente regular de sal extremadamente fina. Luego, utilizando distintos instrumentos mecánicos calibrados producía intensas frecuencias sonoras detrás de la placa, frecuencias que tras atravesar la placa perturbaban con sus vibraciones la capa de sal dejando como resultado patrones geométricos bien definidos los cuales catalogaba y anotaba pacientemente. La sorpresa sería gigantesca, no sólo los patrones geométricos formados por varios de los cubos correspondían perfectamente a varios de los patrones descritos por Chladni más de 300 años después de que la capilla fuera construida, sino que también uno de los ángeles que adornaban el pilar central en el cual se encontraban la mayoría de los ángeles con instrumentos musicales oficiaba como ‘director’ de lo obra, ya que con sus dedos señalaba tres notas que, efectivamente, eran las que indicaban el tono y el comienzo de la melodía.

Tras un laborioso trabajo padre e hijo fueron decodificando los cubos y traduciendo la obra a notación musical contemporánea. A los pocos meses y ya con las partituras completas llamaron a cuatro cantantes y a ocho músicos experimentados con los instrumentos musicales medievales tocados por los ángeles para representar la obra. Dando, nuevamente, vida a una pieza musical que permaneció alrededor de 550 años escondida a plena vista y a la cual denominarían como el Motete de Rosslyn.

En el video a continuación, subido por el mismo Stuart Mitchell a su canal de YouTube, escuchamos la representación de la obra y también podemos hallar una explicación técnica de la misma (en inglés) así como ejemplos de experimentos similares a los realizados por Chladni.

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Jesús era negro?


El periódico 'News Nation' -dirigido a personas de raza negra- eligió a este personaje histórico como el mayor "icono negro de la historia"

Para justificarlo utilizó el argumento de que "las primeras representaciones hechas por los primeros cristianos lo representan de esta forma".La figura de Jesús de Nazareth ha sido representada de diferentes colores de piel a lo largo de la historia. De hecho, cada época tiene su propia imagen de Cristo. Ahora, el periódico News Nation -dirigido a personas de raza negra- eligió a Jesucristo como el mayor "icono negro de la historia".

Y para justificarlo utilizó el argumento de que "las primeras representaciones hechas por los primeros cristianos lo representan de esta forma". El teólogo Marcus Cleage considera que Jesús era "una mezcla de pueblos oscuros, como egipcios, etíopes o babilonios".
Descripción física

Sin embargo, los creyentes asiáticos e indios adoran a un Dios a su imagen y semejanza mientras que en Europa Occidental surgió la conocida imagen de Jesucristo rubio, con tez blanca y ojos claros, un icono que han representado algunos pintores como Velázquez, según informa BBC News.

Como es poco probable que alguien consiga demostrarlo, la pregunta del color de Jesús siempre ha tenido su encanto. ¿Él era blanco, moreno o negro? Hay gente que cree que Jesús sería blanco, hermoso y probablemente con el pelo largo y un brillo etéreo.

Desde Nigeria

Pese a todo, otros consideran que no podría haber sido blanco y que, quizá, tampoco tenía una larga melena. Una corriente teológica tiene claro que Jesús formaba parte de una tribu que había emigrado desde Nigeria. Y, probablemente, mantuvo algunos eslabones africanos.

La teoría convencional y más extendida por todo el mundo es que vivió en Egipto donde, por lo visto, no destacó necesariamente por su aspecto. De esta manera, el cristianismo etíope, que precede al cristianismo europeo, siempre representa a Cristo como un africano.
Otros estudios

Multitud de películas y documentales han querido adentrarse en este campo a lo largo de la historia. De hecho, la propia BBC emitió hace varios años una polémica serie en la que mostraba un proceso científico que trataba de demostrar que Jesús no era blanco. Entre otras conclusiones, también se dejaba entrever que sus facciones eran fuertes, con la tez oscura, una características de los habitantes en zonas desérticas

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lunes, 6 de diciembre de 2010

Mundos Subterraneos


El mundo subterráneo: un mundo extraño y peligroso
¿Existe un mundo extraño debajo de nuestros pies?

- Extrañas leyendas han persistido durante siglos sobre cavernas misteriosas, así como los extraños seres que habitan en ellas. En este artículo resumimos un capítulo del libro "Subterranean worlds inside the Earth" (Mundos subterráneos dentro de la Tierra), escrito por Timothy Green Beckley y basado en las investigaciones de John J. Robinson.

LA CUEVA DE LIYOBAA

Tras la conquista de Sudamérica a manos de los conquistadores españoles, los clérigos católicos, quienes estaban intentando convertir los indígenas a la religión católica, descubrieron una entrada a una cueva, a la que llamaron "Infierno". Esta entrada ha estado desde entonces sellada por toneladas de enormes piedras.

El pueblo de Liyobaa (que significa "La Caverna de la Muerte") estaba situado en la provincia de Zapoteca, cerca del antiguo pueblo de Mictlan, o el "Pueblo del Inframundo". La Caverna de la Muerte estaba situada en la última sala de un templo de ocho salas. Este templo tenía cuatro habitaciones encima del suelo y otras cuatro importantes salas debajo de la superficie.

Los clérigos de la religión indígena llevaban a cabo ceremonias ordinarias para la gente de Theozapotlan en las habitaciones de arriba. Cuando bajaban a las salas inferiores era únicamente para las ceremonias sagradas y secretas.

La primera de las habitaciones subterráneas estaba reservada para cualquier sacrificio humano. Las paredes estaban repletas de imágenes de representaciones de sus varios "Dioses". Un altar de piedra, manchado de sangre, se encontraba en el centro de la sala y servía para los sacrificios humanos, cuyos corazones, todavía latientes, eran extraidos de los cuerpos aún en vida y ofrecidos a los labios de estatuas de piedra, para su supuesta alimentación.

Había una puerta en la primera sala que conducía a una segunda. Ésta era una cripta donde los cuerpos de los clérigos fallecidos reposaban. La siguiente puerta llevaba a una tercera habitación, en cuyas paredes se podían ver los cadáveres bien conservados de los "Reyes" de Theozapotlan. Cuando moría un rey, su cuerpo era llevado a esta sala e instalado con toda gloria. Al mismo tiempo, se producían muchos sacrificios para acompañar al fallecido rey.

Desde esta habitación, cementerio de reyes, se accedía a la cuarta y última sala subterránea. En ésta sólo había una enorme piedra, cubriendo una entrada. Los padres católicos que llegaron hasta este lugar dijeron que era una entrada al Hades; sin embargo, como podemos imaginar, era una entrada a una despensa... un tanto especial. Tras la gran piedra se dejaban los cuerpos de todos los sacrificios humanos, así como de los guerreros que morían en batalla. Los cuerpos de los combatientes eran transportados desde muy lejos para ser lanzados en esta cueva.

Muchas personas corrientes, cuando estaban debilitadas por una enfermedad incurable u oprimidas por un problema insoportable, lo cual les hacía desear la muerte, obtenían permiso para adentrarse en la cueva de los muertos, aun estando vivos. Creían que si hacían eso, serían los recipientes de una vida más allá muy especial. No es necesario decir que ninguno de ellos volvió para explicar sus experiencias.

Los clérigos católicos, con el objetivo de convertir a los creyentes en este "mito" a la religión de Cristo, decidieron entrar a la cueva acompañados por muchas personas que llevaban antorchas, así como una cuerda muy larga que ataron a la piedra de la entrada. También tomaron la precaución de dejar unos guardias bien armados en la entrada, para asegurarse que nadie colocaría de nuevo la puerta de piedra.

Tras encender las antorchas y entrar en la cueva, descubrieron que tenían que descender a través de unos grandes escalones. Al final de los escalones, había un pasadizo muy ancho, con pavimiento de piedra y unos contrafuertes del mismo material en ambos lados. El pasadizo conducía directamente desde los escalones hasta las distantes entrañas de la tierra. Los huesos de los cadáveres más recientes quedaron atrás, mientras el pasadizo parecía no tener fin. En ambos lados del camino, pudieron ver una gran área que era un enorme laberinto de pilares de piedra que parecían sostener las montañas que tenían sobre sus cabezas. Según avanzaban, un aire frío y pútrido atacó sus fosas nasales, algunas serpientes huyeron de la luz, escondiéndose en las sombras de los pilares.

Continuaron hacia las profundidades a una distancia de unos 40 metros cuando, de repente, un viento muy frío empezó a soplar sobre ellos. Intentaron continuar, aunque muchas antorchas se apagaron rápidamente. Sin embargo, emprendieron la huida cuando todo se volvió completamente oscuro, no sólo por el peligro de las serpientes, sino también por los extraños sonidos que no podían localizar, pero que no eran producidos por los miembros de la expedición. Usando la cuerda y la luz de la antorcha de uno de los guardias de la entrada, lejos del fuerte viento, el grupo abandonó rápidamente este terrorífico lugar.

Cuando todos hubieron salido de la cueva, colocaron sin demora la gran pierda, tapando la entrada a la antecámara del "Infierno". Tras esto, se ordenó que rellenaran todas las salas subterráneas y que sellaran y borraran toda señal de las escaleras que conducían a ellas.

Los túneles de Sudamérica

Los antiguos habitantes de Sudamérica y Centroamérica no negaron la existencia de cuevas, cámaras o túneles subterráneos. Esto es lo que podemos descubrir al examinar las creencias religiosas de antiguas civilizaciones.

Los Aztecas de México tenían un Dios oscuro y muy temido, Tlaxico, el cual estaba a las órdenes de Mictlan, el Dios de la muerte. Los Mayas de Yucatán creían en la existencia de mundos subterráneos, a los que llamaban "Mitlan" y eran lugares muy fríos, como la mayoría de cuevas y túneles. (Si quieres comprobarlo, visita una cueva grande en ropa de verano y verás el frío que tendrás...). Estos mundos subterráneos estaban a las órdenes de Ah Puch, el Señor de la Muerte. También podemos encontrar referencias al mundo subterráneo en la escrituras sagradas de los Mayas, las "Popol Vuh", así como en el "Libro de Chilam de Chumayel". Incluso algunos de los códices parecen referirse a esos mundos.

En Perú y Chile, cuando estaban controlados por los Incas, también encontramos indicios de conocimiento del mundo subterráneo. Supai, el Dios de la muerte, tenía una morada subterránea, un "Lugar de Oscuridad" muy temido. Pachacamce, el Dios de la tierra, provocaba retumbos en lugares subterráneos donde enormes pierdas caían horas después de que el Dios agitase la tierra con violencia.

Una leyenda del primer Inca, Manco Capac, relata que él y sus seguidores, los fundadores del pueblo Inca, llegaron desde unas cuevas subterráneas, mientras que la gente reverenciaba las serpientes a causa de Urcaguay, el Dios de los tesoros subterráneos. Este Dios era representado como una gran serpiente cuya cola tenía un pendiente colgando de ella, la cabeza de un ciervo y muchas pequeñas cadenas de oro. Incluso el libro "Comentarios Reales de los Incas" de Garcilaso de la Vega apunta a la existencia de mundos subterráneos.

Nos han llegado referencias de los túneles gracias a la información que obtuvieron los conquistadores de América. Consiguieron, de una fuente desconocida, enterarse de que la riqueza de los Incas estaba almacenada en un enorme túnel gigantesco. Pizarro intentó sonsacar información al prisionero inca Atahuelpha para obtener su riqueza, que se rumoreaba que estaba escondida en un túnel subterráneo que se introducía muchos kilómetros por debajo de la superficie. El inca, sin embargo, nunca reveló dónde se encontraba la entrada. A causa de esto, los incas sellaron las entradas a los túneles y las ocultaron tan bien que todavía no han sido encontradas.

Al parecer, algunos indios Quincha, descendientes directos de aquellos que ocultaron las entradas, conocen en la actualidad la situación de éstas. Según se rumorea en Perú, son los guardianes de los túneles.

Harold T. Wilkins, autor de "Misterios de la antigua Sudamérica", hizo investigaciones sobre los túneles y concluyó lo siguiente: dos caminos subterráneos parten de Lima, Perú. Uno de estos túneles llega hasta Cusco, a casi 650 km hacia el este. El otro se dirige hacia el sur, superando los 1.400 km y llegando hasta el Salar de Atacama, un gran desierto de sal situado en Chile.




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