Como particularidad, es el único país del África Subsahariana de habla castellana. Originariamente colonia portuguesa, en 1777 España recibe las islas de Annabón y Fernando Poo, mediante el Tratado de San Ildefonso, que resuelve conflictos pendientes entre Madrid y Lisboa.
Es un momento en el cual Portugal se encuentra débil ya que Gran Bretaña -su aliada y protectora frente a los españoles- también lo estaba por la guerra de la independencia de los EEUU. Por esta razón, la corona española logra las dos márgenes del Río de la Plata y estas posesiones africanas.
En 1968, durante el gobierno de Franco en España, se le otorga la independencia al país, que pasa a ser gobernado por el dictador Francisco Macías Nguema. Este es derrocado en 1979 por su sobrino y asesor militar de confianza, Teodoro Obiang, quien desde entonces y hasta la actualidad maneja el gobierno con mano de hierro.
Guinea Ecuatorial es uno de los países más pobres del África Subsahariana, pero en los últimos años, al descubrirse petróleo, comenzó a crecer fuertemente. Se trata, en realidad, de un país con una población incierta, mayoritariamente analfabeta.
A comienzos de esta década, intereses petroleros intentaron llevar al poder al líder de la oposición que está exilado en España, Severo Moto. Este intento produjo el arresto de Mark Thatcher -hijo de la ex primer ministra británica-, quien desde Sudáfrica había organizado el frustrado golpe con mercenarios de este país.
Pero lo que pocos saben es que este curioso país del África integraba el Virreinato del Río de la Plata, dependiendo en consecuencia de Buenos Aires.
Cuando en 1777 España recibe la Guinea Ecuatorial, la pone bajo la dependencia del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata, así como en el Pacífico las Filipinas dependían del Virrey de México.
Pocos han estudiado la relación concreta que tuvo esta posesión africana española con la autoridad política de Buenos Aires de la cual dependía.
En noviembre de 1975, Alfredo H. Risso Romano presenta en un simposio de geopolítica realizado en la Universidad Nacional de Cuyo, un trabajo sobre el tema, relatando como el primer Virrey Don Pedro de Cevallos organizó una expedición que, saliendo desde Montevideo, recibió la Guinea Ecuatorial de manos portuguesas y encontró en el Archivo General de la Nación documentación al respecto. En 1996 Conrado Etcherbarne Bullrich publica un artículo sobre el tema, retomando los datos del mencionado jurista.
Lógicamente, cuando en 1810 se produce la revolución de Mayo, la última preocupación de la Primera Junta era asumir la responsabilidad política por el territorio de la Guinea Ecuatorial, dado el cúmulo de problemas que se enfrentaba y la falta de una relación concreta entre Buenos Aires y aquella región.
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