Letizia Cerchia decidió ser monja, pero fue violada por su guía espiritual; ahora, luego de dejar los hábitos, posa desnuda y lanza un mensaje a las víctimas de abuso sexual
ROMA, Italia, sep. 10, 2008.- Bien se sabe que la vida da muchas vueltas. En el caso de Letizia Cerchia, de 31 años, se puede decir que su vida dio, quizás demasiadas vueltas.
De niña asistía diariamente a la iglesia. Hace 15 años ingresó a un convento de Anzio, cerca de Roma, porque su único deseo era ser monja. Ahí fue abusada sexualmente por el que consideraba su padre espiritual.
Letizia decidió abandonar el convento y su vida tomó otro rumbo.
Nunca habló de lo sucedido con su padre, un militar de la guardia fiscal, ni con su madre, quienes hasta hoy no habían entendido el motivo de su decisión. Letizia se dedicó a estudiar y se graduó en Biología. Se casó y tuvo una niña, que ahora tiene cuatro meses, y a la que se dedica completamente.
Este cambio de vida, sin embargo, no habría sido noticia. Hace unos meses Letizia contactó al fotógrafo italiano Alberto Magliozzi, conocido por sus campañas de denuncias, a veces muy controvertidas, y tomó una decisión que sí sería noticia, es decir, posar para un calendario desnuda como tantas actrices o modelos.
De aquí los titulares, la prensa italiana: del convento al sexy calendario.
En entrevista telefónica a Noticieros Televisa, Letizia afirmó que su única intención es lanzar un mensaje fuerte a los moralistas, por un lado, y a todas las víctimas de abusos sexuales, por parte del Clero.
Quería ser útil y poner mi experiencia al servicio de los que aún sufren en silencio.
Según Letizia, su cuerpo es el mejor instrumento para comunicar que la belleza es un don que hay que mostrar y mirar sin malicia.
El fotógrafo Alberto Magliozzi comentó, por su parte, a Noticieros Televisa, que a través del cuerpo desnudo de Letizia, quiere comunicar que hay que respetar a las mujeres y mirar su belleza en forma pura porque no somos animales.
La intención de este calendario, añadió, también es la de denunciar a los sacerdotes pedófilos y la de dirigir un llamado a la Iglesia para que acabe con el celibato sacerdotal.
En el 2002 su calendario Madonne, es decir vírgenes, en el que aparecían 12 mujeres desnudas en escenas provocantes inspiradas en la vida de Cristo, casi le valió la excomunión, aunque también en esa ocasión afirmó que el sentido de su calendario había sido mal interpretado porque sus imágenes no querían ser blasfemas, sino al contrario, querían comunicar la inocencia, el sufrimiento y la desesperación de esas vírgenes.
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