En enero de 2009 se encontraron unos cráneos cerca de la ciudad siberiana de Omsk que tenían una extraña forma alargada. Según se dice en Sabiens, el cráneo se conserva en el museo de esta ciudad aunque no está expuesto al público, por temor a que cause alarma. En Sabiens nos piden que nos fijemos en los dientes. “¿Son humanos?”. Y yo digo, ¿qué dientes? Tiene solo los alveolos vacíos.
Las cabezas alargadas son muy similares a los de la realeza egipcia ( Akenathon-Nefertiti), maya y azteca ….Los directores del museo han dejado constancia pública afirmando que se trata más que probable cráneos alienígenas.Las pruebas de ADN está siendo llevado a cabo, a pesar de estos cráneos fueron descubiertos hace mucho tiempo ….aún no se sabe los resultados; por que será?
Akenaton tenía una cabeza alargada y algo desproporcionada con el cuerpo pero no tenia una deformidad como esta. Su tumba fue hallada en el Valle de los Reyes en 1907, y aunque había dudas sobre si pertenecía realmente a Akenatón o a su sucesor, Semejkara, en septiembre del año pasado la publicación National Geographic daba a conocer unas pruebas de ADN que apuntaban a que la momia era finalmente de Akenaton.
Los cráneos no son alienígenas. Son humanos al igual que muchos otros cráneos similares, que han aparecido en otras zonas del planeta. Esta dispersión de grupos con un mismo ritual, ha originado que surjan teorías extrañas en las que se plantea que las tribus podrían haber deformado sus cabezas para tratar de parecerse a los dioses o seres superiores con los que habrían convivido y que se marcharon. Estos seres superiores, son “evidentemente” extraterrestres.
Otro caso famoso de cráneos alargados lo tenemos en Nazca, Perú, donde se conservan en museos muchos ejemplares. Se desconoce por qué realizaban este ritual, si por estética o por motivos religiosos. El procedimiento para la deformación era colocando unas almohadillas con armazón de varillas de madera, que ponían en la frente y en la parte posterior de la cabeza del recién nacido, hasta el momento en que la deformación era irreversible.
Pero lo cierto es que el estiramiento del cráneo para alargar la cabeza fue una práctica generalizada en el mundo antiguo. En 1870 el botánico y explorador alemán Georg Schweinfurth documentó detalladamente el proceso de deformación craneana. En una exploración al Congo tuvo contacto con la tribu Mangbetu quienes realizaban un ritual atándose el cráneo, lo que les permitía alterar la forma de la cabeza.
Comprimían los cráneos de los niños forzándolos a alargarse hacia arriba, y estos muchas veces duplicaban su tamaño. Una vez deformados, las mujeres mezclaban su cabello con crines de jirafa y pelo de elefante para darles más consistencia, entrelazándolo a modo de cesta, y sujetándolo con alfileres hechos con huesos de mono. Cuantos más alfileres llevase, más alto rango social se tiene.
¿Por qué tiene el ser humano esa tendencia a deformarse su propio cuerpo? ¿Como expresión de identidad? ¿Por estética? ¿Por devoción religiosa? ¿Por costumbre?
Seguramente que un poco de todo. Ejemplos hay muchos, como las perforaciones en labios y orejas para insertar abalorios, el alargamiento de cuello de las Padaung de la tribu Karen, o las dolorosas deformaciones del pie de loto de las mujeres chinas.