Imagina que sólo te quedan 135 días de vida por el diagnóstico de uninoperable cáncer cerebral . Imagina que día tras día vas perdiendo lasensibilidad de cada parte de tu cuerpo aún manteniendo la lucidez.Ahora imagina que sólo tienes 6 años de edad. ¿Qué harías el resto detus días? Elena Desserich decidió esconder en secreto y por toda su casa, ciento de notas, mensajes y dibujos para ‘comunicarse’ con su hermana pequeña y sus padres después demuerta. Falleció en 2007. Todavía hoy sus progenitores descubren nuevos dibujos.
Increíble. Elena Desserich nació en el año 2000. Su vida era absolutamente normal hasta que, con cinco años, los médicos le detectaron un DIPG (Glioma del tronco encefálicoinfantil). Los doctores estimaron en 135 días la esperanza de vida dela pequeña. En un principio sus padres ocultaron el diagnóstico a Elena pero con el paso del tiempo y sabiendo que el deterioro físico era constante, informaron a su hija.
Con el cariño de sus padres Elenafue entendiendo que, cada día que pasaba, era un regalo divino, por loque ideó una lista de todas las cosas que quería y podía hacer todavía:nadar con delfines, hacer esqui acuatico, conducir un coche... Un día, un deseo…
Con el paso del tiempo iba perdiendosensibilidad y movilidad en distintas partes de su cuerpo , incluido elhabla, con lo que las actividades más físicas de su lista de deseospasaban a un segundo plano. Sus manos fueron las últimas en desobedecera su maltrecho cerebro; por lo que entonces se dedicó a pintar, apintar,… y a escribir. Su pasión fue siempre alentada por sus padres.
Elena jugó a ser inmortal para su familia, dibujando y escribiendo cartas para su hermana pequeña, Graciey así jugar a ser la sempiterna mayor. Todo ello meditado en lasoledad del enfermo que se sabe terminal. Jugando a construir un baúlde emociones futuras para velar por el cariño eterno de su familia.Sabía cómo tenía que vivir y quería dejarlo claro.
Los últimos nueve meses de vida (alfinal sobrevivió 255 días) los dedicó a buscar los escondites perfectospara sus mensajes personales. Para su padre en un antiguo maletín; parasu madre en un bolsillo perdido de su mochila favorita… para su hermanaen rincones del cuarto de juegos. Pero también buscó escondrijosinsospechados para que el ‘diálogo’ fuera sorprendente: fondos de platode la olvidada vajilla china, páginas de libros abandonados en labiblioteca, una carátula de un CD obsoleto, etc…
Elena murió en agosto de 2007. No sin antes cumplir su últimodeseo. Poder bailar con su padre. El último día, con la lucidez de uncientífico atrapado en la cárcel de un cuerpo muerto, padre e hija sefundieron en un hermoso momento: “Tuvimos nuestro baile y siempre seráel último y probablemente el mejor recuerdo que guarde de ella [...]aunque había muchas cosas que ella quería hacer ese último día…” Keith Desserich, padre de Elena
Tras su muerte y conforme pasaba el tiempo, la memoria de sus indelebles recuerdos iba cristalizando. Hasta que Elena volvió:
“Estábamos moviendo unas cajas olvidadas y entre algunosde los libros se desprendió una pequeña nota [...] Cada vez queencuentro y leo uno de sus mensajes es como sentir un pequeño abrazo demi pequeña..” Brooke Desserich, madre de Elena.
Sus padres han editado un libro con todos los dibujos menos personales, recopilados hasta hoy , cuyos fondos íntegros se destinarán a la lucha contra el cáncer infantil.
Fuente Taringa y Blog
Pagina Oficial
Increíble. Elena Desserich nació en el año 2000. Su vida era absolutamente normal hasta que, con cinco años, los médicos le detectaron un DIPG (Glioma del tronco encefálicoinfantil). Los doctores estimaron en 135 días la esperanza de vida dela pequeña. En un principio sus padres ocultaron el diagnóstico a Elena pero con el paso del tiempo y sabiendo que el deterioro físico era constante, informaron a su hija.
Con el cariño de sus padres Elenafue entendiendo que, cada día que pasaba, era un regalo divino, por loque ideó una lista de todas las cosas que quería y podía hacer todavía:nadar con delfines, hacer esqui acuatico, conducir un coche... Un día, un deseo…
Con el paso del tiempo iba perdiendosensibilidad y movilidad en distintas partes de su cuerpo , incluido elhabla, con lo que las actividades más físicas de su lista de deseospasaban a un segundo plano. Sus manos fueron las últimas en desobedecera su maltrecho cerebro; por lo que entonces se dedicó a pintar, apintar,… y a escribir. Su pasión fue siempre alentada por sus padres.
Elena jugó a ser inmortal para su familia, dibujando y escribiendo cartas para su hermana pequeña, Graciey así jugar a ser la sempiterna mayor. Todo ello meditado en lasoledad del enfermo que se sabe terminal. Jugando a construir un baúlde emociones futuras para velar por el cariño eterno de su familia.Sabía cómo tenía que vivir y quería dejarlo claro.
Los últimos nueve meses de vida (alfinal sobrevivió 255 días) los dedicó a buscar los escondites perfectospara sus mensajes personales. Para su padre en un antiguo maletín; parasu madre en un bolsillo perdido de su mochila favorita… para su hermanaen rincones del cuarto de juegos. Pero también buscó escondrijosinsospechados para que el ‘diálogo’ fuera sorprendente: fondos de platode la olvidada vajilla china, páginas de libros abandonados en labiblioteca, una carátula de un CD obsoleto, etc…
Elena murió en agosto de 2007. No sin antes cumplir su últimodeseo. Poder bailar con su padre. El último día, con la lucidez de uncientífico atrapado en la cárcel de un cuerpo muerto, padre e hija sefundieron en un hermoso momento: “Tuvimos nuestro baile y siempre seráel último y probablemente el mejor recuerdo que guarde de ella [...]aunque había muchas cosas que ella quería hacer ese último día…” Keith Desserich, padre de Elena
Tras su muerte y conforme pasaba el tiempo, la memoria de sus indelebles recuerdos iba cristalizando. Hasta que Elena volvió:
“Estábamos moviendo unas cajas olvidadas y entre algunosde los libros se desprendió una pequeña nota [...] Cada vez queencuentro y leo uno de sus mensajes es como sentir un pequeño abrazo demi pequeña..” Brooke Desserich, madre de Elena.
Sus padres han editado un libro con todos los dibujos menos personales, recopilados hasta hoy , cuyos fondos íntegros se destinarán a la lucha contra el cáncer infantil.
Fuente Taringa y Blog
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