Pero, gran parte de su éxito se debía a si forma eficiente de gestionar el agua. Sobre todo cuando se enfrentaban a climas desérticos y áridos.
Uno de sus grandes inventos fue el ‘Qanat’, consistía en una infraestructura subterránea que recogía y canalizaba el agua de la lluvia. Esta agua era recorría por los acuíferos y valles para llegar a las ciudades.
Los Qanats
Esta técnica de recolección de agua fue desarrollada en Persia en el milenio I a.C. Hasta extenderse a otros países áridos, como Marruecos, Libia, Argelia y otros.
La técnica consistía en excavar un poso “madre” en una colina, este pozo recorrería su camino hasta encontrar un acuífero subterráneo. Luego se construía un tune, prácticamente horizontal, desde la base de la colina hasta el agua. Aquí te dejamos una ilustración:
Por supuesto, el túnel debía tener una inclinación para poder transportar el agua.
Además del pozo “madre”, se debía construir otros pozos verticales. Esto garantizaban la ventilación del agua, control, racionamiento y vía de evacuación de la tierra cuando se vaciaba el túnel.
Debido a su profundidad, el Qanat era capaz de recoger el agua de los acuíferos sin evaporarse cuando se transportaba. También construían algunas represas para retener su flujo o acumularlo. En su interior, existían zonas de descanso para los trabajadores, depósitos de agua y hasta molinos hidráulicos.
Dado a que se trataba de agua filtrada por la tierra, ésta era potable y limpia, por lo que puede ser consumida.
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