8. Hongos asesinos
Se cree que los vikingos se ayudaban a conseguir sus frenesís de sangre consumiendo hongos alucinógenos que les disparaban la adrenalina.
7. La sopa de la muerte
Las mujeres vikingas alcanzaron grandes destrezas curando las heridas de los guerreros. A un vikingo mal herido, después de ser curado, se le daba a comer una sopa preparada según una receta especial. Luego la mujer olía las heridas y si sentía el aroma al caldo, consideraba que el hombre era irrecuperable, abandonándolo a su suerte.
6. Cuentos infantiles de terror
El bien más preciado de un vikingo era su espada, que siempre cargaba consigo, incluso en casa, por la frecuencia de reyertas familiares. Las espadas se transferían de generación en generación y la mayor honra para un joven combatiente era recibir el arma de manos de su padre. La distracción de los abuelos vikingos era contar a sus nietos la cantidad de personas que habían atravesado con su espada.
5. Juegos violentos
Los juegos infantiles y de adultos de los vikingos no eran muy diferentes a los videojuegos más feroces que se han inspirado en estos guerreros. Con frecuencia jugaban peleando hasta la muerte de uno de los contrincantes y a veces de ambos.
4. Infanticidio
Los vikingos se tomaban muy a mal tener hijos varones debiluchos, poco dotados para el combate, por lo que eran abandonados a la intemperie. Las niñas no corrían mucha mejor suerte.
3. Esclavitud sexual
Suele darse por sentado que los vikingos hacían sus incursiones por el resto de Europa principalmente para saquear. Otra teoría afirma que probablemente la principal causa de estas invasiones era la conquista de esclavas frente a la escasez de mujeres en su propio territorio.
2. Sacrificios de niños
Se cree que cuando los vikingos sentían que habían perdido la conexión con los dioses, sacrificaban chicos como homenaje a Odín. Algunos restos hallados en pozos vikingos en la actual Dinamarca respaldan esta hipótesis.
1. El Águila de Sangre
Cuando un personaje de la nobleza y de la realeza vikinga debía ser ejecutado, tenía reservada una muerte horrible. En primer lugar, sobre su espalda era tallada un águila con las alas desplegadas, utilizando una herramienta filosa. Seguidamente, se le rompían las costillas una por una. A continuación era despellejado, se supone que todavía con vida. Finalmente, el cuerpo sanguinolento era frotado con sal.
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