Dahomey, antiguo reino de África, utilizaba mujeres como guerreras. Sí, como las conocidas amazonas griegas.
El reino de Dahomey
En este reino africano (lo que actualmente es Benín), existía un cuerpo del ejército formado exclusivamente por mujeres. Fue creado en el siglo XVIII por el rey Agadja, y alcanzó un gran esplendor (si pudiera decirse) durante el siglo XIX, bajo el reinado de Ghézo, entre los años 1818 y 1858.
Dahomey era un reino que tenía entre sus principales actividades económicas la trata de esclavos. De hecho, Agadja pudo vender a los daneses una cantidad aproximada de 2 millones de africanos, convirtiéndose en un punto clave para el comercio de esclavos.
A cambio, los daneses apertrecharon el ejército de las amazonas con rifles Winchester.
Fieras mujeres
Este cuerpo femenino es el único, según algunos autores, del que hay evidencias históricas y registros constatables.
Pertenecían a una clase llamada “mujeres del rey”, dividida en las mujeres verdaderas –algunas de ellas incluso ejercían ciertos controles administrativos sobre funcionarios–, las esclavas, las mujeres ancianas -que debían atender y las amazonas- y las guerreras.
Eran criadas para la guerra, eran vírgenes (obvio que no se les permitía tener hijos) y no podían ni pensar en tener vida conyugal mientras pertenecieran al ejército. Tenían un juramento, el cual rezaba así:
“GHÉZO NOS HA DADO A LUZ DE NUEVO.
SOMOS SUS ESPOSAS, SUS HIJAS, SUS SOLDADOS.
LA GUERRA ES NUESTRO PASATIEMPO
Y LA COMIDA QUE NOS ALIMENTA”.
Si bien, dentro del ejército regular compuesto por 12.000 guerreros, ellas apenas eran 5.000, se dice que sus aptitudes físicas eran superiores a las de los hombres, desplegando una disciplina a toda prueba. Inicialmente el cuerpo fue creado como defensa, pero su increíble valentía y arrojo pronto las hicieron ser parte del ejército de ataque.
Sus armas eran dos enormes cuchillos, arcos y flechas; y luego irían armadas con los modernos Winchester, que les facilitaría la tarea de matar a sus enemigos. Eran muy temidas en la región porque no tenían piedad.
Ya en el siglo XIX, las principales potencias europeas quisieron “repartirse” el continente africano, tras el lamentable proceso colonizador. Francia puso su interés en Dahomey, que significaba una posición estratégica en África occidental, y a partir de la segunda mitad del XIX comenzó a colonizar la región.
Dahomey se le resistía, y no era para menos. La preparación física de aquellas mujeres guerreras las convertía en verdaderas fieras, entrenadas desde pequeñas con unas estrictas reglas.
Además, el ejército francés, asombrado de aquellas contrincantes medio desnudas y con el pecho al aire, se resistía a clavarles las bayonetas o a dispararles, cosa que las amazonas aprovechaban para enterrar sin piedad los enormes cuchillos. Después de las batallas, cortaban las cabezas de los soldados muertos y las exhibían como trofeos de guerra. Eran verdaderamente temibles y sanguinarias.
Estas guerreras pudieron contener a los franceses hasta 1890, fecha en la que tuvo lugar una feroz batalla entre Francia y Dahomey; allí, los galos enviaron un buen número de tropas de la Legión Extranjera francesa, que no tuvo ningún reparo en matar a todas estas mujeres, aplastando y exterminando al ejército africano.
La guerra terminó el 15 de enero de 1894, desapareciendo para siempre el reino de Dahomey y su ejército de mujeres, y convirtiéndose en un protectorado francés.
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